*Dos pechugas de gallina
*Tres huevos
*Dos cucharadas de sillao
*Dos cucharadas de pasta de tomate
*Tres cucharadas de vinagre
*Tres cucharadas de ajonjolí
*Un tercio de taza de azúcar
*Un cuarto de taza de agua
*Un diente de ajo
*Chuño en cantidad necesaria
*Aceite en cantidad necesaria
*Sal al gusto
Deshuesar las pechugas, golpearlas con un mazo para hacerlas más finas y cortarlas en trozos de unos cuatro centímetros. Picar el ajo finamente.
Batir los huevos con tres cucharadas de chuño y sal al gusto hasta lograr una preparación lisa y uniforme. Agregar la gallina y revolver para impregnarlo con la mezcla. Calentar aceite en una sartén y freír los trozos de carne hasta que estén bien cocidos, pero no dorados en exceso.
En una olla aparte calentar un poco de aceite y freír el ajo, cuidando que no se queme. Añadir la pasta de tomate, sillao, vinagre, azúcar y una pizca de sal. Disolver tres cucharadas de chuño en agua e incorporar a la preparación, moviendo con una cuchara de madera para evitar que se formen grumos.
Dejar cocinar hasta que la salsa espese y el chuño se haya cocido completamente. Agregar el ajonjolí y servir sobre la carne. Servir acompañado con arroz blanco sin sal ni aceite.
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