*Seis trozos de pechuga de pollo sin piel ni hueso
*Dieciocho dientes de ajos
*Una taza de galletas saladas molidas
*Una cucharadita de orégano
*Un huevo
*Aceite en cantidad necesaria
*Sal y pimienta al gusto
Mezclamos las galletas molidas con el orégano, en un recipiente aparte batir ligeramente el huevo con sal y pimienta. Cortar los dientes de ajos en rodajas muy finas.
Calentamos el aceite en una sartén y freímos el ajo picado hasta que quede dorado y crocante. Colocar sobre papel absorbente para eliminar el exceso de grasa. Reservar.
Cubrir los trozos de pechuga con un plástico o papel film y golpear con un mazo para hacerlos más finos. Salpimentar las pechugas, pasarlas por huevo batido y luego por las galletas molidas, cuidando que queden completamente cubiertas.
Freír las pechugas y servirlas con los ajos crocantes, acompañar con puré de papa amarilla y verduras al gusto.
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